La Cabina.

Un día (hace bastantes años) que me encontraba yo en Sol, tuve la necesidad de utilizar una cabina de teléfono. No las utilizo nunca porque doy por hecho que TODAS están manipuladas, pero no me quedaba otra. Efectivamente, tal y como pensé, cuando terminé de hablar no me devolvió el cambio. Fue tanta la rabia que me dio, que me aparté un poco y me quedé al lado de la cabina esperando y observando. Ni diez segundos (sí, segundos) pasaron cuando un tipo sentado en el bordillo a apenas un metro de mi se levantó a hacer la recaudación. En mis narices. Yo le dije:

-Qué tal el negocio? bien?
El tipo me contesto con un tono como de protesta:
-Bueno, si quieres te doy lo que has puestoooo!!
-20 céntimos, gracias! (en realidad le dije "gracias caballero")

Fue tan sencillo que me fui con remordimientos para todo el día, además el hombre no tenía muy buen aspecto...

Un día muy malo debía de haber tenido yo para hacer eso…

Cambiando de tema (radicalmente) ayer vi una película muy bonita de la que no me resisto a poner imágenes:

(Como una servidora cual dia de viento en Madrid)

(Para cuándo esta moda japo en las tiendas?)