Pues ayer, viendo una, me empecé a dar cuenta de que el sonido me estaba distrayendo de lo que ocurría en el filme. Son escenas y gestos tan rápidos...y empecé a pensar entonces en que ya debían de estar bien hechas, como mudas-mudas digo, porque el doblaje, ya no es que no aporte, como apuntaba el otro día, sino que resta. La cosa es que debí "pensarlo" en voz alta porque mi compañero, una vez más, intervino para iluminarme con su sabiduría:
"Por qué no quitas el sonido, Diana"
Y mejor, mucho mejor, si...
Charlot trabajando de papelista, 1915 (Work en V.O)
Y me acordé (me pregunto por qué, ejem) de algo que me dijo una vez una compañera de trabajo ahora pasada a mejor vida (es decir, jubilada) un dia en que le estaba dando un poco la lata quejándome así en general de la caradura que tiene mucha gente, que llama a la oficina para preguntar cualquier asunto y que aprovecha la buena disposición de una, para pedirle el teléfono de hasta su tía la de cuenca por no buscarlo ellos (y eso que yo no trabajo en ninguna oficina de atencion al publico que conste). Y ella me contestó que muchas veces no era por simple caradura lo que pasa es que "pensamos que la gente es menos obtusa de lo que en realidad es."
Yo no cuento hasta diez cada vez que intuyo que voy a perder la paciencia con alguien (que pocas veces me ocurre eh?), sino que recuerdo lo que me dijo Adela.
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