viernes, 29 de enero de 2010

Plañidera, a mi pesar

De camino al trabajo paso por el Tanatorio de la M30 (o Calle 30) y siempre coincido con la salida de algun coche fúnebre, que hace parte del trayecto conmigo. Como sucede absolutamente todas las mañanas, esto me provoca una sensación extraña, como si yo formara parte en cierto modo de esa comitiva que acompaña al difunto desconocido, al menos hasta cierto punto del camino, en el que yo tomo una dirección y el coche otra.
Quizás esa sensación rara me la provoca precisamente el hecho de pensar en ello cuando el coche pasa, no se...

Hoy es la primera vez en años que, al echarlo en falta, he mirado hacia la puerta de salida de coches: Y efectivamente, ahí salía uno.

Puedo carecer de muchas virtudes (muchas), pero puedo asegurar que la empatía no es una de ellas. Sin embargo siempre la he considerado, mi capacidad empática digo, como crónica y algo fuera de lo normal, tanto para lo bueno como para lo malo...por lo que en ocasiones no es tanto virtud como dolencia (para mí).

Como esto ha quedado un poco oscuro (por el hecho de hablar de muerte y enfermedad, vamos), y de ninguna manera es esa la intención, voy a ponerle un poco de colorito al día (lo del colorito es un decir porque es en B&N) "en poniendo" la escena más loca de una de las películas más divertidas del Cine : Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Stanley Kubrick, 164)




(...con Peter Sellers)

No hace falta decir que si no la habéis visto todavía, ya estais tardando en hacerlo!

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