Ayer cené un plato cuyo olor -cuando acercabas la nariz- se lo definí al cocinero, dejando a un lado mi elegancia habitual(ejem,ejem...) como "una mezcla entre caca, pedo y pies". Cada vez que me acercaba para dar un bocado intentaba no respirar profundo.
Y no me dió corte decirselo, porque hay confianza (de sobra) y la realidad es que estaba absolutamente exquisito.
Qué cosas cuento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Que cosas cuentas pero no nos dices que fue lo que comiste.
Era pasta, y del unico ingrediente del que tengo certeza era queso fuerte...lo demas:¿?
Pero rico, rico!
Publicar un comentario