jueves, 29 de octubre de 2009

Gauguin en Arlés


"...En los últimos tiempos de mi estancia, Vincent se volvió excesivamente brusco y ruidoso. Después, silencioso. Algunas noches sorprendía a Vincent quien, levantado, se aproximaba a mi cama.
¿A qué atribuir mi despertar en ese momento?
Siempre era suficiente decirle con mucha gravedad:

-¿Qué tenéis, Vincent?. - para que, sin decir nada, se volviera a la cama para dormir con un sueño de plomo.
...La misma tarde fuimos al café. El tomó un ligero ajenjo.
Repentinamente me tiró a la cabeza su vaso y el contenido. Yo evi
té el golpe y tomándole en brazos salí del café, atravesé la plaza Víctor Hugo y algunos minutos después Vincent se encontraba sobre su cama donde, en algunos segundos, se durmió para no despertar hasta la mañana.
Cuando se despertó, muy calmado, me dijo:

-Mi querido Gauguin, tengo u
n vago recuerdo de que os he ofendido ayer noche.
-Os perdono de buena gana y con todo mi corazón, pero la escena de ayer podría repetirse y si yo fuera golpeado podría no ser dueño de mí y estrangularos. Permitidme, pues, que escriba a vuestro hermano para anunciarle mi regreso.
¡Qué día, Dios mío!
Llegada la noche yo había bosquejado mi comida y experimentaba la necesidad de ir solo a tomar el aire por los senderos de laureles en flor. Había atravesado ya casi enteramente la plaza Víctor Hugo, cuando oí detrás de mí un pasito bien conocido, rápido y sacudido. Me volví en el mismo momento en que Vin
cent se precipitaba sobre mí con una navaja de afeitar abierta en la mano. Mi mirada debió ser muy poderosa en este momento, pues él se detuvo y bajando la cabeza emprendió de nuevo corriendo el camino de la casa.
...De una sola tirada fui a un buen hotel de Arlés, donde después de haber preguntado la hora tomé una habitación y me acosté.
Muy agotado, no pude dormirme hasta las tres de la madrugada y me desperté bastante tarde, hacia las siete y media.
Al llegar a la plaza vi reunida una gran muchedumbre. Cerca de nuestra casa había gendarmes y un pequeño señor con sombrero de hongo que era el comisario de policía.

He aquí lo que había pasado:
Van Gogh volvió a casa e inmediatamente se cortó la oreja a ras de la cabeza. Debió tardar cierto tiempo en detener la fuerza de la hemorragia, pues a la mañana siguiente numerosas toallas mojadas se mostraba
n sobre las losas de las dos habitaciones de abajo, y la sangre había ensuciado las dos habitaciones y la escalera que conducía a nuestro dormitorio.
Cuando estuvo en estado de salir, con la cabeza cubierta con una boina vasca completamente encasquetada, fue directamente a una casa en la que a falta de paisana se encuentra una conocida, y dio al encargado su oreja bien lavada y encerrada en un sobre.

-He aquí -dijo- un recuerdo mío; después huyó a su casa donde se acostó y se durmió."


Acabo de terminar Cartas desde la locura. Vincent Van Gogh (Ed. MCA, colección La nave de los locos 1, 2000), de cuyo prólogo he sacado este fragmento. Según se anota en el libro "Gauguin es el único informante de lo que pasó el 24-XII-1888y lo hace en "Avant et aprés" para terminar con el rumor".


Dicen que este es Van Gogh...

Me ha llamado la atención el hecho de que el hermano de Van Gogh, Theo, muriese sólo 6 meses después del suicidio del pintor...No sabía yo este dato.



Su buen hermano Theo







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